Seguramente que en más de una ocasión os habréis preguntado con qué equipos contarán los profesionales a la hora de preparar sus producciones, ver los proyectos antes de su publicación o en definitiva, comprobar que todo está perfecto antes de tirar las copias finales de videojuegos, películas o documentales. Pues uno de esos equipos es el monitor Dolby PRM-4200. Un monitor más que potente, que estoy seguro sería la primera compra de cualquier cinéfilo en el caso de que le tocase la primitiva.
Pensado sobre todo para que podamos discernir la práctica totalidad de detalles en las bajas luces, este PRM-4200 de 42 pulgadas, cuenta con un gamut muy similar al del film y permite reproducir la práctica totalidad del rángo dinámico de las últimas videocámaras digitales. Basado en un panel LED local dimming, cuenta con resolución nativa de 1920 x 1080 píxeles y frecuencia de refresco de 120 Hz. Pero lo realmente impactante, son los más de 1500 puntos RGB que se encuentran detrás de la pantalla, siendo cada uno de ellos controlables individualmente. Ello permite lograr negros realmente negros y una calidad de imagen sin parangón.
Incluye además la interesante característica de poder “emular” el color y contraste de diferentes fabricantes tanto de CRT como LCD, por lo que uno se puede hacer una idea de cómo se verá el “material” en un televisor convencional. Eso sí, no es un equipo apto para todos los públicos. Y es que estamos ante un monitor que pesa nada menos que 70 kilos y que cuenta con el increíble precio de venta de $40.000 (sí, has leído bien: unos 30.000 € de nada).
Pensado sobre todo para que podamos discernir la práctica totalidad de detalles en las bajas luces, este PRM-4200 de 42 pulgadas, cuenta con un gamut muy similar al del film y permite reproducir la práctica totalidad del rángo dinámico de las últimas videocámaras digitales. Basado en un panel LED local dimming, cuenta con resolución nativa de 1920 x 1080 píxeles y frecuencia de refresco de 120 Hz. Pero lo realmente impactante, son los más de 1500 puntos RGB que se encuentran detrás de la pantalla, siendo cada uno de ellos controlables individualmente. Ello permite lograr negros realmente negros y una calidad de imagen sin parangón.
Incluye además la interesante característica de poder “emular” el color y contraste de diferentes fabricantes tanto de CRT como LCD, por lo que uno se puede hacer una idea de cómo se verá el “material” en un televisor convencional. Eso sí, no es un equipo apto para todos los públicos. Y es que estamos ante un monitor que pesa nada menos que 70 kilos y que cuenta con el increíble precio de venta de $40.000 (sí, has leído bien: unos 30.000 € de nada).
Vía | smarttvnoticias.com